volumen 30 el día en que Greenman dejó de ser un mito...

Miraba por la ventana del septimo piso.Mis ojos estaban vacíos.No podían mirar mas allá de la ventana.La luz del cuarto,creaba espejo y solo veía mi triste facha.Mi boca tenía una mueca satírica,se reía de mi.Me acerqué al interruptor y lo apagué.La oscuridad me envolvió en su manto.El ordenador encendido ponía melodía.Las diminutas estrellas sonreían desde su Olimpo particular.Allí a lo lejos,en la inmensidad del cosmos,descansaban.Era de esos días en los que ese heróe que llevamos dentro se queda en la cama,con la colcha tapándose la coronilla.De esos días en los que un cola cao o una cerveza solo saben a cola cao o a cerveza,nada especial brota de ellos por el paladar.Todo mi entorno estaba en total calma.Yo era el único que se movía.Todo ocurría a cámara muy muy lenta.Como cuando estás viendo una película en el dvd y das al pause una y otra vez.Parecían movimientos de un pingüino.Lentos y estúpidos.No sabía que hacer para quitarme ese malestar.Tantas noches vividas...tantos recuerdos acumulados...tantas millas quemadas en carretera...y seguía siendo un novato de la vida.Me venía a la cabeza una frase de Chaplin que decía :"todos somos aficionados.La vida es tan corta,que no da para mas".En mi templo del pensamiento solo veía rostros,frases y acciones que ocurrieron y finalizaron.Me producían un gran dolor verlas ante mi.La noche crea un vínculo a veces siniestro.Era uno de esas noches.-Quise alcanzar sueños-,pensaba hacia mis adentros.Muchas veces somos pobres Ícaros con alas de cera.El calor de los inconvenientes hacen que nos demos leches un día sí y dos también, y nos mojemos enteros.Encendí un pitillo.La luz del mechero alumbraba muy poco,lo justo para ver mi mano y el final del cigarro.Fue ahí,cuando ví que la vida estaba ahí.Delante.Solo que el mechero que tenía para verla,era de poca graduación.Necesitaba un mechero mas grande.El único problema en éste pensamiento mío, era que estaba saturado.Lo mas gracioso es que entre tanto pensamiento psicosocial,me asomé a la ventana y ví un coche de Heineken.Mi boca empezó a dibujar una leve sonrisa.Dió paso a una media sonrisa.Finalmente,murió con una sonrisa enorme.Llámalo casualidad si quieres o puede que fuera causal,pero digamos que cuando alguien tiene peso de más en la azotea,necesita señales que le recuerden que puede seguir adelante.Positivizar siempre fue el fuerte mío.Y en esa noche,en ese momento,una tontería como un vehículo con un logo que me recuerda a mi filosofía de vida,estaba aparcado a unos metros de mis ojos.El pensador verde volvía a estar dentro de mi cuerpo.Esa fue la noche en la que me vestí de verde y greenman volvió a decir:¡¡¡piensa en verde siempre o muere en el intento!!!Ese fue el día en que Greenman,dejó de ser un mito y se materializó en un ser real.