SENTIRSE LIBRE

Era verano. El sol dibujaba siluetas en la arena. El mar con su magia embriagadora limpiaba las huellas de otros. El bochorno regalaba deseos de descansar. Me dio por pensar en muchas cosas, entre ellas el cómo y porqué las cosas a veces salen como salen, nosé, puede parecer una tontería, pero siempre hay dos opciones en la vida. A veces no elegir es una elección y a veces mojarse sin motivo también es una elección. Siempre esperamos el carro de la suerte tirados por corceles blancos con sendas melenas bailadas al viento. Muchas veces no llegan esos seres tan especiales, no. En su lugar, aparece una scooter y un oso hormiguero que te dice: ¿qué harás?.- Y claro, uno puede llegar a pudrirse del asco sino actúa. Yo siempre he pensado que la vida era corta, las oportunidades inmensas y que el miedo no tenia cabida en mi mochila. Pero el problema de ser humano es que por acciones o situaciones que llegan al camino, esos miedos a veces se cuelan, como un anuncio subliminal y solo te das cuenta en un momento clave. Son en esos momentos donde uno verdaderamente dice:”aquí estoy yo”. Hoy en la arena se reflejan mis pensamientos. Hoy la canción marina me dice “Aquí estas tú”. Hoy visualizo mi puerta, mi conexión entre mi mundo onírico y el mundo que me rodea. Hoy los sueños, las oportunidades futuras y mis elecciones buenas y malas se agolpan en el descansillo de la entrada. Hoy el miedo ha cogido su petate. Hoy un día cualquiera. Hoy un día de playa. Un día de Julio. Verano. Soy libre.